El objetivo del tratamiento es corregir el exceso de piel y grasa en la cara interna del muslo. Se busca mejorar la forma en aquellos casos que no existe capacidad retráctil suficiente del tejido realizando una resección cutánea. En los casos con elasticidad suficiente se podría plantear realizar, solamente, una liposucción.

El exceso cutáneo con pérdida de la elasticidad suele producirse por el propio envejecimiento, secuelas de pérdida importante de peso o por la propia genética, siendo la cruroplastia o lifting de ingles el mejor tratamiento para corregirlo. Se observa un aumento de la confianza y autoestima en estos pacientes, mejorando el propio contorno corporal y volviendo a vestir prendas que previamente no se ponían por complejo. Es fundamental, evaluar cada caso y ser realistas con las expectativas del tratamiento.

Sí, es recomendable realizar el procedimiento bajo anestesia general. En los casos leves o moderados se podría plantear una sedación con anestesia local, pero, por comodidad del paciente solemos recomendar una anestesia general.

Se puede realizar en cualquier época del año en función de las necesidades del paciente. Si bien, el verano es una época menos favorable por la mayor sudoración y maceración de las heridas. La zona del pliegue inguinal es propensa a pequeñas dehiscencias y debemos ser muy cuidadosos con las curas.

El requisito fundamental es que el paciente presente un acúmulo graso y/o flacidez cutánea o descolgamiento de la piel en el muslo que le genere disconfort. El paciente debe exponernos sus expectativas y deseos para valorar su caso en concreto y ser francos acerca de los resultados que podemos obtener.

Según la técnica que requiera el paciente se podrían realizar pequeñas incisiones (4 mm) para la liposucción en los casos de excedente de tejido graso con buena elasticidad cutánea; incisión horizontal a nivel de la ingle cuando existe excedente cutáneo en tercio superior simplemente;  e, incluso, incisiones verticales en casos de gran excedente cutáneo a nivel de tercio superior y medio.

Durante los primeros tres meses se verán rojas e induradas, es importante tener paciencia y seguir las indicaciones que le iremos recomendando. Además, por la región anatómica en la que se encuentran, pueden presentar alguna dehiscencia de la herida (fundamentalmente, maceración por el sudor), con lo cual debemos estar muy pendientes de las curas y del seguimiento postoperatorio.

El resultado se puede observar desde el primer momento. Si bien es cierto que inicialmente se observará hinchazón e inflamación secundaria al edema. Las cicatrices irán evolucionando con el paso de los meses hasta hacerse más claras y menos induradas. Los pacientes mejorarán su autoestima al encontrar más cómodos y seguros con su nuevo aspecto. El objetivo es conseguir que usted se vea mejor y se sienta más cómoda, será el éxito de la cirugía.

Generalmente la paciente podrá realizar una vida relativamente normal a las dos semanas de la intervención. Pudiendo incorporarse a su trabajo si no requiere esfuerzos físicos.

Recomendamos una noche de ingreso hospitalaria. En casos muy seleccionados se podría realizar de forma ambulatoria. Es fundamental evaluar cada caso para tomar la decisión más adecuada para cada paciente.

Al alta se le darán una serie de recomendaciones médicas para controlar el dolor y un antibiótico. Se recomienda el uso de una faja de miembros inferiores postoperatoria especial y evitar esfuerzos físicos durante el primer mes. Es importante mantener la zona seca para evitar que se maceren las heridas.