El término tumor cutáneo hace referencia a cualquier masa que aparece en la piel cuyas células tienes un crecimiento anormal sin ninguna función fisiológica; estas células tienen tendencia a invadir otras regiones del cuerpo. Los tumores los podemos dividir en benignos (el apartado de lesiones cutáneas) o malignos (nos centraremos en este apartado).

A nivel cutáneo podemos dividir los tumores en dos grupos: melanocíticos (melanoma) y los tumores no melanocíticos (basocelular y epidermoide). De todos ellos, el melanoma tiene un comportamiento más agresivo.

La sospecha clínica de un tumor cutáneo es, fundamentalmente, la aparición de una nueva lesión no existente a nivel cutáneo o cambios en lesiones preexistentes. Con el término cambios hacemos referencia a la regla ABCDE (asimetría, bordes, color, diámetro y evolución); si aparecen estos cambios debemos hacer una biopsia o extirpar completamente la lesión. La anatomía patológica nos da el diagnóstico definitivo.

Ante la aparición de una nueva lesión o cambios en lesiones preexistentes debe consultar con un especialista médico para su diagnóstico y, en el caso de valorar su extirpación, deberá acudir a un cirujano para llevarla a cabo.